Devocional 38
“Que vean mi gloria, la gloria que me has dado” Jn. 17:24
Jesús nos desafía a ver y buscar una gloria diferente. Es la gloria de aprender a lavarnos los pies unos con otros (Jn. 13.12-17). Es la gloria del amor. “Que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Jn. 13.35-35).
Implica escuchar a Dios y escucharnos unos a otros. Es la gloria de servir a todos, ser pequeños, humildes, perdonar y recibir perdón, es preguntar: ¿Qué quieres que haga por ti? (Mr 10.51)
La majestad y la belleza se manifiestan de una manera diferente (Isaías 52.13-15; 53). No es triunfalismo barato o números que llamen la atención. Tampoco es lucha de poder, control y aplausos.
Está muy lejos de ser una gloria para exaltarnos unos a otros, apelar a las ambiciones egoístas con justicia propia y legalismo. En Jesucristo tenemos el modelo del servicio, perdón y reconciliación. Solo con este tipo de gloria podemos llegar a ser uno entre nosotros e imitar al Dios trino. Necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo.
Preguntas para la reflexión
¿Son sinónimos la gloria y el poder? ¿Qué tipo de gloria acostumbro ver en Jesucristo?
Pastor Carlos Scott
Misión Glocal