Como estas redes tienden a abarcar áreas geográficas amplias que incluyen múltiples variantes lingüísticos, es común que los misioneros se relacionen con sus contactos indígenas a través del español, aunque muy probablemente fomenten el uso de la lengua materna en los esfuerzos ministeriales locales. Es obviamente un limitante ya que requiere de obreros indígenas bilingües para que pueda funcionar. En otras ocasiones los misioneros hablan un variante del idioma indígena que les permite comunicar, hasta cierto nivel, con hablantes de otros variantes relacionados.
MODELOS DE CRECIMIENTO NATURAL DE LA IGLESIA
Hay algunos modelos que nacen del crecimiento natural de las iglesias locales. Por ejemplo, donde una zona hispanohablante colinda con una zona indígena es natural que las iglesias evangélicas allí intentan establecer obras en la región indígena circunvecina. Otro caso común sería cuando un indígena migrante se incorpora en una iglesia mestiza en su destino migratorio, y de tal relación nace un esfuerzo por parte de aquella iglesia por llevar la palabra de Dios al pueblo de su miembro indígena.
Es admirable cuando la iglesia, demostrando señas de una vida espiritual sana y dinámica, desea reproducirse. Sin embargo, cuando esta reproducción involucra cruzar barreras étnicas y lingüísticas el asunto se complica. Ciertamente Dios ha obrado grandemente a través de algunos esfuerzos de esta clase, pero muchos otros han visto fruto limitado por falta de saber enfrentar exitosamente tales barreras.
MODELOS ENTRE INDÍGENAS MIGRANTES
El creciente fenómeno de la migración ha permitido el desarrollo de otros modelos para ministrar entre los grupos indígenas. Un modelo que se ha utilizado mucho en el noroeste del país (Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur) es lo de realizar campañas de visitación en campamentos de trabajadores migrantes o colonias donde se han asentado indígenas, diagnosticando cuál lengua indígena habla cada familia y obsequiandoles una grabación evangelística en su idioma. Por lo regular se complementa con la proyección pública de videos cristianos en español y/o en lenguas indígenas.
Este modelo permite, en cuestión de unos días o semanas, hacer llegar material evangelístico a cientos o miles de familias indígenas en sus respectivas idiomas. La desventaja obvia es que sólo se tiene uno o unos pocos encuentros breves con las personas. En algunas ocasiones se puede vincular algunas de las personas contactadas de este modo con obras de tipo pionero o pos-pionero en sus zonas de origen.
Otro modelo viable en zonas de migración donde los indígenas ya se están asentando es de impulsar la formación de ministerios étnicos bajo la cobertura de iglesias hispanohablantes ya en existencia. Así las personas pueden estar integrados en la vida de la iglesia hispanohablante (hasta donde les permite su dominio del español) y a la vez ser ministrados en su idioma por uno de los suyos una o dos veces por semana, sea por medio de una clase de la escuela dominical especial, estudios en casas o cultos en el vernáculo.
CONCLUSIÓN
Podemos ver que en la viña del Señor hay trabajo para todos. El plazo de servicio puede variar desde un fin de semana hasta toda una vida. El reto presentado por ciertas etnias aún requiere obreros bien preparados, comprometidos a largo plazo y dispuestos a aprender una lengua indígena compleja. Se necesitan muchos otros que pueden dedicar años de su vida a animar, entrenar y discipular a líderes indígenas y fomentar el uso de recursos bíblicos en sus lenguas nativas. Los servicios de los médicos, enfermeras, agrónomos, zootécnicos, veterinarios, ingenieros, técnicos en grabación y otros profesionales pueden ser integrados eficazmente en los diferentes modelos mencionados. Hace falta la movilización cada año de decenas de equipos a corto plazo adicionales para colaborar en las campañas de distribución de grabaciones evangelísticas en las zonas migratorias. Cientos de creyentes pudieron ser reclutados para discipular a indígenas migrantes que se encuentran en su región. La mayoría puede contribuir económicamente a alguna obra misionera entre una etnia indígena. Todos podemos orar.
¿De cuáles maneras quiere Dios que usted participe en extender su reino entre las etnias de México? ¿Será obediente?